Modelar es un acto de amor
Modelar es un acto de humildad.
Modelar es generosidad.
Modelar es abrirme a la belleza en otros.
Modelar es reconocerme en mi potencialidad.
Modelar no es copiar.
Modelar es reconocer lo que recibo.
Modelar es estar dispuesta a compartir.
Modelar es ejercer la apreciación.
Modelar es practicar la gratitud.
Modelar es saber que yo también puedo, a mi manera.
Modelar no es copiar.
Modelar es perpetuar lo bueno.
Modelar es adoptar y adaptar.
Modelar es pulir mis sentidos.
Modelar es estar presente.
Modelar no es copiar.
El modelado requiere montañas de amabilidad, ríos de respeto, océanos de conexión.
El modelado te invita a  ingresar suavemente al territorio del otro, con el cuidado que eso merece.
El modelado no es solo tomar, porque si así fuera, se convertiría en saqueo.
En el modelado primero acompañamos, asistimos en la apertura, en el autodescubrimiento.
Acompañamos con nuestra presencia, con nuestros sentidos, respiramos junt@s.
Nos convertimos en explorador@s, atizamos la curiosidad, jugamos con las metáforas, ensayamos modos diferentes como quien se prueba ropa nueva.
En ese espacio fecundo que creamos, nos compartimos como quien prepara con esmero
un regalo de cumpleaños.
En la intimidad co-nutrida nos creamos nuevos modos de actuar, de ser capaz, y todo el sostén interno para que la acción sea posible desde las profundidades de nuestro Ser,
y no solo desde la copia.
Porque, ¿te lo dije? Modelar no es copiar.
Sentamos las bases de un prometedor paisaje interno: fertilizamos nuestras tierras para recibir la semilla de eso que elegimos, nos nutrimos para que eso se despliegue en nosotr@s
desde las profundidades de nuestro ser.
Nos asisten años de humanidad aprendiendo, autodesafiándonos y transformándonos.
Nos arrulla la idea de que todo es proceso, que esto recién comienza,
y que hay más, mucho más.
En el arte de compartir luz, el modelado es protagonista activo.
El modelado nos muestra la singularidad y a la vez lo más amplio, lo compartido, el mundo de posibilidades extendiéndose a cada paso que damos.
A través del modelado entendemos que fuimos diseñad@s para crear, para innovar, para difuminar barreras, para contrastar lo que es con lo que podría ser.
El modelado nos invita a un viaje hacia esa versión nuestra mucho más completa, más sabia, más elegida, con nuevas historias para vivir y para contar.
La creatividad es la fuerza vital de la transformación personal y social.
El modelado es una metodología que estamos co-creando para invitar a la creatividad
a tomar las riendas.
El modelado nos invita a parir narrativas más alineadas con quienes elegimos “sernos”.
Durante el proceso de modelado nos reconocemos curios@s, nos asistimos en los momentos de incertidumbre, inhalamos y exhalamos las incomodidades, y conectamos con nuestra tierra, nuestros huesos, nuestras estructuras.
Comenzamos a reconocer eso, precisamente: qué es estructural, y qué puede moverse, fluir, adaptarse, abrirse.
Durante el modelado es necesario mantenernos en contacto con la conciencia de nuestros cuerpos físicos, especialmente de nuestra piel.
La piel: ese territorio que es límite y contacto con otros al mismo tiempo.
Durante el modelado suavizamos todo lo que está apretado, nos hacemos disponibles,
nos preparamos para reforestarnos.
En esa danza llena de oxitocina, invitamos al goce compartido en los descubrimientos.
La oxitocina es la hormona de la confianza, del cuidado, del bienvenir y del abrazar.
El modelado, tal como lo propongo, es una invitación a habilitar nuevos espacios en nuestras almas. Es habitar el permiso de percibir riqueza donde habitualmente no la vemos.
Es notar, conectar, sentir.
El modelado, tal como te invito a vivirlo, es respirar el soplo creador para que se despliegue ante nosotros aquello que plantamos y nutrimos.
Antes de comenzar cada encuentro, vamos a crear tanto el espacio físico como el estado interno. Vamos a invocar la presencia relajada, respirando con conciencia, trazando un hilo invisible de conexión entre el corazón de la persona a quien vamos a entrevistar y el nuestro.
Con la mirada suave, vamos a iniciar esa conversación sin palabras al principio.
Vamos a atestiguar y vivir esa sagrada danza del dar y recibir, alquimizando cada palabra para que tome el significado y el vuelo que estemos dispuest@s a inspirarles.
Modelamos con la cabeza y con el corazón.
Modelamos con los pies en la Tierra y el cuerpo en sintonía con la persona modelada.
Modelamos con la conciencia de algo superior a nosotr@s dos, que nos asiste y acompaña.
En el modelado nos invitamos a un trance de posibilidades, de apertura, de curiosidad e investigación, de experiencia directa.
Nunca sabemos qué puede una persona.
Nunca sabemos de qué somos capaces y a qué le estaremos dando nueva vida para elevar nuestras posibilidades de hacer y ser.
Las preguntas mantra:
¿Hay algo más?
Las palabras “biblia”:
“Es posible”.
Hoy quisiera traer la voz de Valarie Kaur.
“See no stranger”.
No veas a nadie como a un extraño.
Sos parte de mí, soy parte de vos.
“Sos esa parte de mí que no conozco todavía”.
Comencemos el viaje para reconocerlo y grabarlo en nuestros huesos.